Principios Generales
La Constitución francesa precisa que «la organización de la enseñanza pública gratuita y laica a todos los niveles es un deber del Estado». El sistema de enseñanza francés se apoya en principios generales, algunos de ellos inspirados en la Revolución Francesa de 1789, completados y precisados por un conjunto de textos legislativos elaborados desde el siglo XIX hasta nuestros días.
La libertad de enseñanza
Los colegios y centros públicos de enseñanza coexisten, dentro del servicio público de enseñanza, con centros privados concertados. Dichos centros, como contrapartida del contrato de concertación firmado con el Estado, se benefician de la ayuda estatal pero se someten al control de éste y tienen que respetar los programas de enseñanza pública.
El Estado es el único organismo capacitado para expedir diplomas y títulos universitarios. La regulación de los exámenes se realiza a escala nacional.
La gratuidad
La enseñanza de primer ciclo (preescolar y primaria) y la enseñanza secundaria («collèges» y «lycées» - institutos de enseñanza general y tecnológica, así como institutos profesionales) se imparten gratuitamente en las escuelas y los centros públicos.
Los libros de texto son gratuitos hasta el final del colegio, al igual que el material compartido y los artículos escolares. En el liceo, las familias suelen tener que pagar los libros de texto. En la práctica, muchas regiones suplen esto y abonan la compra de libros de texto.
La neutralidad
Los programas y contenidos de la enseñanza tienen que respetar el principio de neutralidad. Dicha neutralidad filosófica y política se impone a profesores y alumnos en colegios y centros.
La laicidad
El principio de laicidad es un elemento constituyente del sistema educativo francés desde finales del siglo XIX. La enseñanza pública es laica desde la ley Jules Ferry del 28 de marzo de 1882. El personal y los programas también lo son desde la ley del 30 de octubre de 1886. La importancia de la laicidad en los valores republicanos se acentuó con la ley del 9 de diciembre de 1905, que instauró la laicidad del Estado.
En la actualidad, los padres de alumnos firman la Declaración de laicidad en la escuela, que está publicada en todos los centros. El respeto a las creencias de los alumnos y sus progenitores implica la ausencia de formación religiosa en los programas - lo que no quiere decir que se prohíba el estudio de las religiones - y la prohibición del proselitismo.
La escolarización obligatoria
Desde la ley del 28 de marzo de 1882, la enseñanza es obligatoria. Esta obligatoriedad se aplica a partir de los 3 años, para todos los niños franceses o extranjeros, residentes en Francia y hasta los 16 años cumplidos.
Esencialmente, la enseñanza de imparte en centros escolares públicos o privados concertados.